¿Que estudiaste arte porque odiabas las matemáticas y no querías saber de ninguna carrera que estuviese relacionada con números?. Lo siento, es imposible escapar de las matemáticas.
La composición en la ilustración es un tema fundamental. Podemos ser excelentes en la técnica del dibujo y la pintura pero si carecemos de una noción adecuada de la composición, nuestro trabajo sufrirá consecuencias desastrosas. Para ir entrando en el tema de la composición me tomé el trabajo de transcribir un par de páginas del libro: "La proporción áurea. El lenguaje matemático de la belleza". Es un libro que recomiendo, porque lo considero muy ameno para profundizar sobre un tema complejo.
También incluí unos videos, uno más informativo y otro más divertido (un clásico de Disney donde el pato Donald te explica cómo nos es imposible escaparnos de las matemáticas). Para finalizar, dos videos más prácticos que te explican, de manera sencilla, cómo utilizar la composición en tu trabajo.
Y también les dejo "La proporción áurea" en un archivo vectorial para descargar y así podrán utilizarlo como plantilla para ir practicando composiciones:
DESCARGA: Vector De Plantilla Coloreada De Proporción Áurea
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El número de oro
«Los sentidos se deleitan con las cosas que tienen las proporciones correctas.»
Santo Tomás de Aquino (1225-1274)
¿Qué tienen en común fenómenos naturales tan dispares como la disposición de la semillas de una flor de girasol, la elegante espiral dibujada por las conchas de algunos moluscos y los brazos de la galaxia que nos acoge, la Vía Láctea? ¿Qué pauta geométrica de insuperable armonía se esconde en la obra de grandes artistas y arquitectos, desde Vitruvio a Le Corbusier pasando por Leonardo y Salvador Dalí?
Aunque parezca increíble, la respuesta a estos dos interrogantes es un simple número; una cifra de apariencia humilde, conocida desde la Antigüedad, cuya continua aparición en toda clase de manifestaciones naturales y artísticas le ha merecido apelativos tales como «divina proporción», «número de oro» o «proporción áurea». Reproducir esa cifra en letra impresa resultaría literalmente imposible, y no porque sea excesivamente grande — de hecho, es apenas mayor que 1-, sino porque está compuesta por un número infinito de dígitos que, además, no siguen pauta alguna.
Descartada su reproducción literal, podemos ayudarnos de la notación aritmética para conocerla.
El número de oro se torna así algo mucho más manejable :
Hay que reconocer que, al menos a primera vista, la «divina proporción» resulta poco impresionante.
Un ojo entrenado, sin embargo, sabría que hay gato encerrado sólo con ver la raíz de cinco.
En efecto, esta raíz presenta una serie de propiedades que le merecieron, a ella y a otras similares, el poco amable apelativo de «irracionales».
Vamos a intentar otra aproximación al número de oro, esta vez geométrica, en la búsqueda de su supuesto carácter divino. Para ello, dibujamos un rectángulo cuyo lado más largo es el resultado de multiplicar el corto por 1,618; es decir, un rectángulo la proporción de cuyos lados es el número de oro (en este caso, un valor muy próximo) Si lo hacemos correctamente, nos tiene que resultar algo parecido a lo siguiente:

Un rectángulo de estas características recibe el nombre de áureo. En primera instancia puede parecernos un rectángulo de lo más convencional. Hagamos, sin embargo, un sencillo experimento con dos tarjetas de crédito cualquiera. Si disponemos una de ellas de forma horizontal y la otra vertical y las alineamos por sus bases, se observará lo siguiente:

En efecto, al trazar la diagonal de la tarjeta horizontal y prolongarla, podremos comprobar con creciente admiración que coincide exactamente con el vértice superior derecho de la tarjeta vertical. Si hacemos la prueba con dos libros de un mismo tamaño, en especial libros técnicos o ediciones de bolsillo, es muy probable que demos con el mismo resultado.
Esta propiedad es exclusiva de los rectángulos áureos del mismo tamaño, de lo que se deduce que muchos objetos cotidianos de forma rectangular se han diseñado con la divina proporción. en mente. ¿Casualidad? Tal vez. O quizás resulta que los rectángulos y demás formas geométricas que guardan esta proporción son, por alguna razón, especialmente agradables a la vista.
Si apostamos por esta última posibilidad, nos encontraremos en compañía de nombres ilustres de la pintura y la arquitectura de todas las épocas. No es ninguna coincidencia que la denominación moderna del número de oro, la letra griega phi ( ϕ ), sea también la inicial del arquitecto clásico por antonomasia, el legendario Fidias.

VIDEO: "El número Phi: la divina proporción, el número de oro, razón áurea"
VIDEO: "El Pato Donald en el país de las matemáticas"
VIDEO: "Cómo aplicar la proporción Áurea en el arte"
VIDEO: "LA COMPOSICIÓN EN EL DIBUJO Y LA PINTURA"
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